Camina hacia el futuro
- Elizabeth Narváez

- Apr 21, 2021
- 4 min read
Los cambios son inevitables, son algo con lo que aprendemos a lidiar con las herramientas que vamos aprendiendo en el camino, pero ¿por qué nos cuesta tanto?
“Camina hacia el futuro” es una frase que vi por primera vez hace unos años en una película de Disney. Creo que esta frase no hubiera tenido tanto impacto si a la vez no hubiera venido acompañada de una buena historia y es que básicamente se trata de alguien que no dejaba ir una parte de su pasado y esa obsesión casi le cuesta un futuro maravilloso que lo estaba esperando.
Los cambios nos enseñan mucho, es la manera que tiene la vida de mantenernos en constante evolución. Como el agua estancada apesta, así creo que pasa con nuestra alma cuando no evolucionamos. Pero ¿por qué este es un tema de conversación? Porque es algo que nos cuesta mucho.
Cuando me pegó la crisis de los treinta decidí leer “Desapegarse Sin Anestesia” de Walter Riso, especialista en terapia cognitiva quien ha trabajado como psicólogo clínico por treinta años. En ese libro que habla hasta del apego a los hijos, pude entender un poco más la extensión de dicha frase; a veces el apego y falta de amor propio pueden limitar (parcial o completamente) la posibilidad de un futuro muchísimo mejor que aquel al que nos aferramos desesperadamente.
Riso define el apego como una vinculación obsesiva que se da por una creencia irracional de que ese vínculo “proveerá, de manera única y permanente, placer, seguridad y autorrealización”. También expresaba que “lo que define el apego no es tanto el deseo sino la incapacidad de renunciar a él en el momento oportuno” haciendo la salvedad de que esa renuncia debe hacerse cuando dicho vínculo resulta dañino para uno mismo u otros.
¿Por qué nos cuesta soltar?
Después de muchas terapias y varios libros del mismo autor fui internalizando un poco más cómo el amor propio tiene que ver con esto, además de muchas otras facetas de nuestras vidas. Yo también me aferré más de lo necesario a una situación que me hacía daño y que prefería en contraste a un futuro diferente simplemente porque no lo conocía. El dicho “más vale malo conocido que bueno por conocer”, en este caso, no era cierto.

Esta es una de las razones por las que se nos hace complicado dejar ir situaciones y personas de nuestras vidas. Y es que, si nos vamos a lo lógico y simple, pues aquello que ya no nos sirve se tiene que cambiar, es parte de la evolución y el crecimiento, pero es algo que nos cuesta por costumbre, miedo o falta de confianza en nosotros mismos. Yo también llegué a pensar que no me podía ir mejor en una situación teniendo un mundo de posibilidades ante mis ojos que era incapaz de ver por costumbre, miedo y hasta arrogancia. Esa que te hace creer que sí puedes hacer funcionar una relación que si estuviera funcionando en primer lugar no se estaría siquiera discutiendo.
Propongámonos mirar los cambios como una oportunidad, de primero, antes de sentarnos a pensar en las posibilidades, primero tomemos un momento para simplemente sentirnos felices, agradecidas por la oportunidad que nos llegó a nosotros y no a otros; aunque sea por un momento, pensemos en lo positivo.
¿Cómo enfrentar los miedos?
La mejor herramienta contra los miedos es el autoconocimiento. Esta nos ayudará en muchas etapas de la vida, con él nos abrimos paso a cosechar una mejor autoestima la cual nos dará el valor para afrontar cambios una vez que se toma la decisión de llevarlos a cabo. Una vez reconocemos nuestras emociones y las administramos a nuestro favor, el proceso a nuevos cambios se hace de manera más automática.
A mí me ha funcionado desarrollar pequeñas acciones diarias o semanales que van introduciendo el cambio de manera progresiva, me aseguro de mantenerme en movimiento y de vivir de acuerdo a expectativas que voy modificando con el tiempo, como un ejercicio que en unos años me permita ver una diferencia notable en mi vida.
Para mí el cambio es mejor que el quedarse estancado en una etapa de la vida. Personalmente me sería mucho más traumático despertar en cinco años con una vida exactamente igual a la que tengo ahora que despertar por el contrario en el mismo sitio, con los mismos objetivos contando con una falsa seguridad como excusa a la apatía.
El miedo al cambio es como cualquier otro que se nos presenta en la vida y lo que diferencia cualquier tipo de resultado que obtengamos de él es simplemente cómo lo manejemos. Sería más sano identificar primero cómo nuestro carácter procesa ese miedo, las resistencias que nosotros mismos nos ponemos y cómo lo aceptamos por fin en la vida, porque la verdad es que es algo inevitable que va a seguir pasando.
La vida es cambio constante
La primera vez que nuestros papás nos dejaron en la guardería lloramos inconsolablemente por lo desconocido, cuando nos tocó dejar la casa de la infancia probablemente sentimos mucho miedo, ese día que nos quedamos sin trabajo sentimos que el mundo se nos caía. En esos momentos de miedo jamás pensamos que ir a la guardería cuando mamá trabajaba nos ayudaría a relacionarnos con otros desde temprana edad, que dejar la comodidad del hogar de toda la vida nos daría una independencia que una vez experimentada no quisimos perder nunca más y que ese trabajo que perdimos era un ciclo que había que cerrar, como todos en la vida.
Cuando ocurren los cambios inevitablemente renunciamos a cosas a las que estábamos acostumbradas para hacer espacio a otras nuevas, pero esto no tiene que ser malo, es un proceso que unos vivimos más o menos traumáticamente que otros, es renunciar a una parte tuya que a lo mejor te gustaba mucho, pero esta posibilidad puede traer muchas otras, nuevas y mejores.
No por nada el poder de adaptación es altamente valioso en el mundo animal, quizás es un mundo más civilizado como el nuestro esto se va perdiendo un poco por ese sentido de seguridad que tan desesperadamente buscamos, pero esa emoción de sentirnos seguros debe venir de nosotros mismos, de nuestro amor y ansias de mejorar, porque cuando todo cambie (y todo lo hará) es ese instinto personal el que nos va a guiar para evolucionar en armonía directa con el universo.



Comments