top of page

Espiritualmente diversa

  • Writer: Elizabeth Narváez
    Elizabeth Narváez
  • Dec 3, 2020
  • 5 min read

Imagina que toda la vida hayas recibido de tu entorno la idea de que ser gay es algo antinatural y que según la Iglesia en la que creciste puedes ir al infierno por serlo. El infierno está en la tierra niñitas y muchas veces sus puertas las guardan los religiosos


Cuando tenía 5 años mis papás me inscribieron en un colegio de monjas del que no logré escapar hasta que cumplí 17. La verdad mi estancia allí no fue precisamente mala y además debo admitir que la educación fue excelente; sin embargo, no quiero confundir mis años de dichosa juventud ignorante con el hecho de que esas religiosas distaban por mucho de la imagen perfecta y angelical que la Iglesia Católica siempre ha querido proyectar.


Como en todas las situaciones de la vida, en el colegio conoces muchos tipos de gente, entre ellos consigues a los que te hablan de los valores que debes seguir si quieres permanecer en dicha institución, los profesores y demás directivos que si vas al caso de un colegio de monjas, pues van a ser monjas dedicadas a la caridad con almas nobles y toda la cosa. Ajá.


Durante mis años de estudiante las monjas solo ejercían la parte directiva, dejándole el enseñar a los demás profesores y dejando en evidencia a la vez de lo que realmente estaban hechas. Yo siempre fui una estudiante modelo, pero no fue hasta que me metí en un problema con mi profesor de Educación Física cuando viví el acoso al que estaban expuestos mis compañeros de colegio que resultaban… digamos más rebeldes que yo.


Humillación cristiana


Luego de dos gritos que muy merecidamente recibió mi profesor durante una clase, (porque en mi defensa, me estaba dejando en ridículo delante de todo mi salón) empezó la fiesta. Una muy corta debo decir, pero fue lo que me permitió experimentar cómo trataban a los que se comportaban out of line. Primero me llamaron por micrófono en frente de todo el colegio (humillación e intimidación), luego llamaron a dicho profesor (confrontación) para sentarlo frente a mí y obligarme a disculparme y a la vez me hicieron prometer que no lo haría más.


Sí ven el uso de mis palabras en el párrafo anterior, ¿no? Me obligaron a hacer estas cosas sin darme la oportunidad de defenderme y además dejando de lado el hecho de que era la primera vez que me veía envuelta en ese tipo de cosas, de nada valió mi excelente comportamiento por años supongo. Luego de ser testigo de un par de humillaciones más, donde tristemente hubo víctimas de mi propia familia, empecé a cuestionar más los valores de esas personas que supuestamente debían darnos el ejemplo a los demás. No me quiero imaginar qué les hacían a los gay que atrapaban in fraganti.


Yo nunca había pensado dos veces nada que tuviera que ver con la iglesia en la que mis papás me criaron desde pequeña. Recuerdo que aprendí a rezar en el funeral de mi abuelo cuando tenía alrededor de 4 años de tanto repetir aquellos rosarios interminables una y otra vez. La religión era algo que yo respetaba mucho porque mi familia se guiaba según sus valores, sin discutir ni dudar de nada…


Crisis por las vocaciones


En el colegio todos los viernes teníamos una misa “para pedir por las vocaciones” que se organizaba por grados. Mis amigos del cole todavía recuerdan esos días por los ataques de risa que obviamente sufrían en plena misa como una regla obligatoria que tienen los adolescentes de reírse cuando les dicen específicamente que no deben. Pero lo que yo recuerdo eran las oraciones que nos hacían leer, las cuales entre otras cosas decían algo como “te pedimos que le des al mundo nuevas vocaciones o llámame a mí”, esta última parte yo no la decía porque no me parecía honesto hacerlo cuando no lo sentía, pero creo que esa plegaria era una parte del grito desesperado de reclutamiento de la Iglesia para ese entonces.

ree

Aparentemente esa crisis todavía existe y por ahí leí que por eso se bajaron los estándares para seleccionar los religiosos desde un tiempo para acá. No lo sé for sure así que no lo voy a asegurar, pero sí tiene un poco de sentido. La Iglesia Católica es una institución que se ha mantenido en pie por siglos y como institución hay mucho que admirarle pero a mí personalmente, criada dentro de sus cánones, no me representa ahora mismo. Y esto no tiene que ver con mi creencia en Dios.


Como parte de este viaje de diseñar mi propia vida, pensé hacer lo mismo con esta parte de ella que luego de mi coming out se me hizo un poco incómoda. Después de reflexionar que la Iglesia en la que fui criada no reconocería mi matrimonio porque tachan a los gay de ser algo que no es natural, o de recordar cómo fue manejado el asunto de los curas pedófilos, aunado a esto mi recién encontrado amor por ser tía, muchas cosas se me pasaron por la cabeza.


En el segundo caso, me puse en el lugar de los familiares de esos niños y yo hubiera odiado a muerte que a mis sobrinos les hubiera pasado eso, Dios no lo permita, más aún que lo hayan admitido y no hayan hecho lo propio para resarcirse o al menos disculparse; y en el primer caso, pues llevo años trabajando mi propia auto aceptación y en que no me importe incluso lo que mis propios padres opinen de mi vida como una mujer lesbiana, entonces pensar que esta parte de mi vida no sea aceptada por una institución que además es bien machista… obviamente se me hizo muy lógico concluir que no puedo creer ciegamente en lo que se profesa dentro de ella, por mucho que haya tomado tres de sus sacramentos, que ojo, fue algo que decidieron por mí.


Crecimiento espiritual


Cuando vas creciendo y a medida que tus paradigmas van cambiando, te encuentras con hechos y verdades que no puedes negar y que tienes que enfrentar para poder seguir con el proceso de crecimiento, esto siempre y cuando lo que busques es crecer y no aferrarte a viejas creencias. Para mí fue evidente por ese episodio con las monjas y otros más, que los religiosos son personas como tú, con muchos defectos y que las ropas que visten, los sermones que proclaman y la vida que te muestran no son necesariamente más “santas” que la tuya.


En estos últimos años he agregado ciertas creencias a mi vida espiritual, ellas no se basan en ninguna religión específica sino que se adaptan a creencias que me complementan mejor, de nuevo, me refiero a mí personalmente. Ahora creo en otras vidas por ejemplo, en que las almas renacen en conjunto y están conectadas, en que los problemas que no se resuelven en esta vida se llevan a las siguientes y en que todo pasa por una razón, entre otras cosas. Esta percepción de otras vidas también cambió mi manera de ver la muerte. Para mí ya no es algo tan radical y eso me ha dado cierta paz.


Yo creo que la búsqueda espiritual se trata de eso, de buscar tu paz en las creencias que mejor se parezcan a ti o que simplemente te gusten más que otras. También creo que las religiones están muy influenciadas por los hombres que al final son seres humanos que se han ido más por el lado de las instituciones y las tratan como tal, más con intereses monetarios y políticos de por medio que como un instrumento para encontrar a Dios. Quizás me equivoque y haya alguna que todavía valga la pena, pero mientras la consigo, seguiré adoptando esos valores que son importantes para mí y esas creencias que le den paz a mi alma mientras estoy en esta vida.

Recent Posts

See All
Atacando la nostalgia

Una de las cosas con la que nos enfrentamos al emigrar es la nostalgia, algo completamente inevitable que a mí particularmente se me...

 
 
 

Comments


Eliza's Tales

elemento1.png
bottom of page